
Este domingo la atención se dirigía a la región Extremadura (oeste), donde uno de los fuegos, que ya calcinó 9.000 hectáreas, está desbocado en uno de sus flancos.
Tras una semana de incendios que han causado tres muertos, miles de hectáreas quemadas y miles de desalojados por las llamas, el país se encuentra devastado. En la región Galicia ardieron ya 50.000 hectáreas y en la de Castilla y León 3.500 personas permanecían fuera de sus hogares.
El fuego de Jarilla en la región Extremadura, estaba hoy, en su sexto día de actividad, «completamente desbocado» en el flanco norte y amenazaba con saltar a la limítrofe Castilla y León, pues estaba a siete kilómetros de este límite, según las autoridades regionales.
En medio de una larga ola de calor, que hoy dejará temperaturas de unos 41 grados en Cáceres, el incendio genera sus propias condiciones meteorológicas en relación al calor, la energía y el propio viento que él mismo produce.
Temperaturas que tampoco ayudan a los trabajo de extinción se registraron también en otras provincias muy golpeadas por los fuegos, como Zamora, donde los termómetros podían llegar a marca 39 grados o en las de león y ourense, con 36 grados en ambas.
Una de las regiones más afectadas es Galicia donde hay 13 fuegos activos y se han perdido, hasta ahora, 50.000 hectáreas.
El rey Felipe VI tiene previsto visitar hoy Torrejón de Ardoz (Madrid) el cuartel general de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para recibir la última información sobre el despliegue de sus efectivos en las tareas de extinción de los incendios.