
Los accidentes cerebrovasculares (ACV) conocidos como “precoz”, debido a que afectan a personas de menos de 50 años, experimentan un aumento constante en su prevalencia e incidencia en los servicios de urgencias de hospitales públicos y privados del país.
Así lo afirma Adler Puerta, médico neurólogo, tras destacar que se trata de una enfermedad muy frecuente y con relevancia en todo el mundo. Representa la cuarta causa de muerte y la segunda de discapacidad en el país.
“En mi consulta veo cada vez más pacientes menores de 50 años con ACV, tanto isquémicos como hemorrágicos”, asevera el también directivo de la Sociedad Venezolana de Neurología (SVN). Agrega que este aumento de casos, está relacionado con factores de riesgo, como: la hipertensión arterial, la ingesta de alcohol, el consumo de drogas, el uso de vapers, el cigarrillo y la obesidad cada vez más temprana y la falta de actividad física”.
Los ACV son una afección, sobre todo de las arterias cerebrales, ya sea debido al bloqueo de una o varias arterias (isquémico), o porque hay ruptura de los vasos intracraneales (hemorrágicos). Esta enfermedad conlleva unos síntomas y signos neurológicos conocidos como déficits neurológicos, que son pérdidas agudas de funciones y que incluso pueden volverse permanentes.
En algunos casos puede poner en peligro la vida del paciente, especialmente en el hemorrágico, en el cual la mortalidad puede alcanzar hasta el 40 %. “EL ACV es considerado como una de las patologías con mayor tasa de discapacidad; representa la primera causa a nivel mundial y la segunda en Venezuela”, agrega el especialista.
Precisa que la discapacidad por ACV se produce en un 66 %, “un porcentaje mundial que indica que un tercio de los pacientes tienden a quedar con discapacidad que afecta su calidad de vida en forma permanente si no se hace nada. De allí la importancia de actuar rápidamente, hacer diagnóstico y aplicar el tratamiento precoz”.
Ataque isquémico transitorio
Puerta explica que de acuerdo a una estadística internacional entre el 20 o 25% de los pacientes que presentan los tres primeros síntomas de un ACV, es decir: disminución de la fuerza de un lado del cuerpo, desviación de la cara o alteración del lenguaje o de la voz combinados, pueden resolverse en forma espontánea.
ACV “silencioso”.
El especialista comenta que un ACV silencioso significa que no produjo síntomas y cuando se hace un estudio, principalmente una resonancia magnética más que una tomografía, es posible detectar lesiones isquémicas o infartos cerebrales, incluso hemorragias que previamente no habían sido identificadas.