
Las filtraciones de datos son una amenaza creciente para las empresas y una pesadilla para sus clientes. Según las últimas cifras, en 2024 se produjeron 3.158 incidentes denunciados públicamente en Estados Unidos, apenas debajo del máximo histórico. Como resultado, se tuvieron que enviar más de 1.300 millones de cartas de notificación de violación de datos a las víctimas, de las cuales más de 1.000 millones se vieron afectadas por cinco mega brechas de más de 100 millones de registros cada una.
ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, comenta que hay muchas otras formas de que la información personal identificable (IPI) caiga en las manos equivocadas, pero una vez que circula en la clandestinidad de la ciberdelincuencia, es sólo cuestión de tiempo que se utilice en intentos de fraude de identidad.
“Una vez que tus datos personales fueron robados, ya sea en una brecha masiva o a través de uno de los distintos métodos existentes, es probable que estos datos sean vendidos o cedidos a otros para su uso en diversos esquemas de fraude. Esto podría ir desde compras ilegales hasta la toma de control de cuentas (ATO), fraude de cuentas nuevas o esquemas de phishing diseñados para obtener información aún más sensible. En algunos casos, se mezclan datos reales con otros generados por máquinas para crear identidades sintéticas más difíciles de bloquear por los filtros antifraude.”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.
¿De qué datos están en juego?
Nombres y direcciones
Números de tarjetas de crédito/pago
Números de documentos de identidad oficiales
Números de cuentas bancarias
Datos de credenciales de servicios de salud
Pasaporte o carné de conducir
Datos de acceso a cuentas personales y de empresa en Internet
El fraude de identidad se reduce a los datos, por lo que es importante comprender cómo los ciberdelincuentes consiguen la información. Si no están robando grandes cantidades de datos de terceras organizaciones, los principales vectores de ataques dirigidos contra individuos son:
Phishing/smishing/vishing: los ataques clásicos de ingeniería social pueden producirse a través de varios canales, desde el tradicional phishing por correo electrónico hasta mensajes de texto (smishing) e incluso llamadas telefónicas(vishing).
Robo digital: Para hacerse con los datos de su tarjeta, los autores de la amenaza pueden insertar un código malicioso de skimming en las páginas web de un sitio popular de comercio electrónico o similar. Todo el proceso es completamente invisible para la víctima.
Wi-Fi públicas: las redes Wi-Fi públicas no seguras pueden facilitar los ataques man-in-the-middle en los que se intercepta información personal. Los hackers también pueden instalar puntos de acceso fraudulentos para recopilar datos y redirigir a las víctimas a sitios maliciosos.
Malware: el malware Infostealer es un problema creciente tanto para usuarios corporativos como para consumidores. Puede instalarse involuntariamente a través de diversos mecanismos, como mensajes de phishing, descargas no solicitadas de sitios web infectados, juegos pirateados, anuncios de Google o incluso aplicaciones de aspecto legítimo, como falsos programas de reuniones. La mayoría de los infostealers cosechan archivos, flujos de datos, detalles de tarjetas, criptoactivos, contraseñas y pulsaciones de teclas.
Publicidad maliciosa: Los anuncios maliciosos pueden programarse para robar información, a veces incluso sin exigir la interacción del usuario.
Sitios web maliciosos: Los sitios de phishing pueden falsificarse para que parezcan auténticos, hasta el dominio. En el caso de los drive-by-downloads, basta con que el usuario visite una página maliciosa para que se inicie la instalación encubierta del malware. A menudo, los sitios web maliciosos se colocan en las primeras posiciones de los rankings de búsqueda para tener una mayor exposición, gracias a nefastas técnicas de SEO.
Aplicaciones maliciosas: Los programas maliciosos, incluidos los troyanos bancarios y los ladrones de información, pueden camuflarse como aplicaciones legítimas, con un riesgo especialmente alto fuera de las tiendas de aplicaciones oficiales como Google Play.
Pérdida o robo de dispositivos: Si pierdes tu dispositivo y no cuentas con la protección adecuada, los hackers podrían asaltarlo en busca de datos personales y financieros.