
La hidratación podría ser clave para manejar el estrés cotidiano, según una investigación que reveló que las personas que beben menos de 1,5 litros de agua al día presentan niveles más altos de cortisol, la principal hormona del estrés.
El experimento evaluó a adultos jóvenes sanos divididos en dos grupos: quienes bebían menos de 1,5 litros y quienes superaban las recomendaciones estándar (2 litros para mujeres y 2,5 para hombres).
Ambos reaccionaron con nerviosismo al hablar en público y resolver cálculos mentales, pero el grupo con menor consumo de líquidos registró un aumento de cortisol mucho más pronunciado, lo que a largo plazo podría derivar en problemas cardíacos, renales y metabólicos.
Cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles, la deshidratación leve crónica puede amplificar las respuestas al estrés de maneras que apenas comenzamos a comprender, señalaron los autores del estudio.
Sorprendentemente, los participantes con deshidratación no reportaron sentir más sed que los demás. Sin embargo, su orina más oscura y concentrada reveló que sí estaban deshidratados.