
El papa León XIV abordó este domingo un mensaje de empatía y solidaridad, durante su primera misa pública de verano en Castel Gandolfo, una pequeña localidad italiana situada en la región del Lacio, a orillas del lago albano, a 18 km al sureste de Roma. El municipio es muy conocido por encontrarse allí la residencia de verano del papa.
El pontífice llamó a construir una “fraternidad auténtica”, capaz de romper las barreras de la indiferencia y acercarse a quienes sufren.
“Ver sin pasar de largo, detener nuestras carreras ajetreadas, y dejar que la vida del otro nos rompa el corazón. Eso nos hace prójimos”, dijo León XIV en su homilía.
El papa centró su mensaje en la parábola del buen samaritano, insistiendo en que la compasión es una necesidad urgente ante un mundo marcado por el dolor, la pobreza y los conflictos, afirmando que “hoy se necesita una revolución del amor y de la empatía”, quien criticó las actitudes que reducen la fe a una simple observancia exterior, sin compromiso real con los más desfavorecidos.
Durante la misa, celebrada ante algunos vecinos y autoridades locales, León XIV recibió presentes simbólicos, como flores y una pelota, un detalle que recuerda su conocida afinidad por el deporte.
El papa permanecerá en Castel Gandolfo hasta el 20 de julio, para luego regresar en agosto a continuar sus días de descanso en este tradicional lugar veraniego de los pontífices.