La Demencia Mixta es un término que se utiliza para describir un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales, suficientemente graves para interferir en la vida diaria. Su diagnóstico proviene de hallazgos clínicos y anatomopatológicos causados por Alzheimer y accidentes cerebro vasculares.
Hay varias enfermedades que son comunes en personas de edad avanzada y que pueden provocar demencia, tales como: el Alzheimer y la enfermedad cerebro vascular (ACV o Ictus) y, en algunos casos, el Parkinson, y cuando en un paciente se detectan dos o tres de estos padecimientos juntos se dice que padece Demencia Mixta o por causa múltiple.
La Neuropsicóloga, Katherine Vergara, del Centro de Atención de Salud Integral del Adulto Mayor con trastornos neurocognitivos Hogar la Ponderosa, aclara que la Demencia Mixta se origina a medida que el cerebro envejece, por la pérdida de las neuronas, acumulaciones anormales de proteínas típicas del Alzheimer y por la presencia de daños a los vasos sanguíneos producidos por Ictus o ACV.
Detalló la Neuropsicóloga Vergara que los síntomas varían de una persona a otra, dependiendo del grado de deterioro del cerebro y del área específica que ha sido afectada: deterioro progresivo de la memoria, sobre todo reciente; problemas de orientación en tiempo y espacio; alteraciones de la marcha o de la movilidad de alguna parte del cuerpo; en algunos casos puede predominar lentitud, rigidez e inestabilidad de movimientos, que son propios del Parkinson; alteraciones en la fluidez del lenguaje; deterioro acelerado de la cognición, alternado con períodos de aparente estancamiento.
Señaló la especialista que “todo ello evidencia que hubo algún evento vascular asociado a ese deterioro, que hizo que se lesionara esa zona cerebral y se produjeran los síntomas. Si vuelve a ocurrir una lesión cardiovascular aparecen mayores dificultades”.
Tratamientos aplicables
Vergara, aclara que si hay Demencia Mixta “los tratamientos farmacológicos los determina el médico neurólogo, pero también es importante la consulta y el tratamiento del neuropsicólogo que “recomienda e incentiva un estilo de vida saludable, en alimentación, calidad del sueño y actividad física del paciente”.
Porque “es prioridad preservar los hábitos psicobiológicos y disminuir el riesgo a accidentes cerebrovasculares”. A la par se indica la estimulación cognitiva y social, que “evita los síntomas depresivos que se pueden dar por aislamiento, que puede magnificar los síntomas cognitivos y las dificultades en los pacientes”, por lo que hay que promover las actividades diarias y que sean estimulantes.