
El tifón Ragasa, ha azotado el norte de Filipinas con vientos destructivos de hasta 215km/h y lluvias torrenciales, convirtiéndose en la tormenta más fuerte del año en el archipiélago. La provincia de Cagayán, en la isla de Luzón, ha sido la más golpeada tras el impacto directo del fenómeno meteorológico este lunes.
Según la Agencia Meteorológica Nacional Pagasa, Ragasa tocó tierra en la isla de Panuitan, generando condiciones equivalentes a un huracán de categoría 4. Las bandas exteriores del tifón han intensificado las lluvias, provocando inundaciones y deslizamientos de tierra en zonas bajas y montañosas del norte de Luzón.
Las islas Babuyan y Batanes enfrentan olas de más de tres metros, mientras que las autoridades han emitido la señal de ciclón tropical más alta, la No. 5, advirtiendo sobre “condiciones potencialmente muy destructivas”.
Más de 10.000 personas han sido evacuadas en el norte y centro de Luzón, según el Departamento del Interior y Gobierno Local.
Aunque Ragasa continúa su trayectoria hacia el sur de Taiwán y Hong Kong, Filipinas permanece en estado de vigilancia. La crisis climática ha intensificado la frecuencia y severidad de los tifones en la región, afectando especialmente a las comunidades más vulnerables. En 2024, Filipinas sufrió el impacto de cuatro tifones en menos de dos semanas, dejando una estela de destrucción.