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Ataques comunes a dispositivos hogareños conectados a internet

El mundo de la Internet de las Cosas (IoT, sus siglas en inglés) creció en la última década y cada vez más dispositivos de uso cotidiano están interconectados entre sí, formando este universo. ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, repasa los casos más emblemáticos de ataques a dispositivos hogareños y comparte claves para evitar ser víctima.

“Todo lo que se conecta a internet se puede hackear, esta máxima no perderá vigencia ni validez y, en los últimos años, hubo casos que le dan crédito. Se identificaron ataques que apuntaron a dispositivos que están muy presentes en los hogares y quizás la mayoría no sabe que se pueden hackear.”, comenta Fabiana Ramirez Cuenca, Investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica. Los dispositivos hogareños han abierto nuevas puertas para el cibercrimen. Uno de los factores que los facilita es el uso bastante extendido de contraseñas débiles   predeterminadas que se pueden adivinar fácilmente.

ESET repasa historias en las que el cibercrimen encontró en los dispositivos del hogar una nueva manera de perpetrar ataques, con consecuencias importantes:

Una botnet, combinación de las palabras robot y network, refiere a un grupo de equipos infectados por códigos maliciosos que se comunican entre sí y son controlados por un atacante, disponiendo de sus recursos para que trabajen de forma conjunta y distribuida. El distintivo de la botnet Mirai fue que su “ejército” de más de 600.000 dispositivos estaba compuesto por routers domésticos,  grabadoras de video, cámaras de vigilancia y cualquier otro tipo de dispositivos inteligentes, que no contaban con la protección adecuada, estaban mal configurados o tenían contraseñas débiles.

En 2015 cuando Charlie Miller y Chris Valasek pusieron en práctica una técnica de hackeo, que podía entregarles el control inalámbrico del vehículo. Como resultado las rejillas de ventilación comenzaron a enviar aire frío al máximo, se evidenciaron cambios en el dial de la radio, y hasta se activaron los limpiaparabrisas, empañando el cristal. Debido a esta prueba, desde la automotriz llamaron a revisión a unos 1,4 millones de vehículos vendidos en Estados Unidos.

Desde ESET, comentan que una de las claves para reducir el riesgo de este tipo de hackeo es mantener los dispositivos al día con sus respectivas actualizaciones, ya que la mayoría de las vulnerabilidades suelen ser corregidas en muy poco tiempo. También, recomiendan gestionar el cambio de aquellas contraseñas que vienen de fábrica por una más robusta. Es decir, que incluya mayúsculas,   números y caracteres especiales; y obviamente que no esté siendo utilizada en otra cuenta o dispositivo.

“Además, es clave configurar los dispositivos de manera correcta y segura. Esto incluye deshabilitar aquellos puertos y servicios que no estén siendo utilizados, y evitar las configuraciones por defecto. Como siempre mencionamos, es fundamental tener habilitado el segundo factor de autenticación en todos los dispositivos que se pueda.”, agrega Ramirez Cuenca de ESET Latinoamérica.