
Según la declaración final de la cumbre de La Haya, todos los países miembros de la OTAN reafirmaron su “compromiso inquebrantable con la defensa colectiva” y se comprometieron a invertir para 2035 un 5 % de su PIB en defensa, y deberán presentar planes anuales que muestren “un camino creíble y progresivo para alcanzar esta meta”.
La declaración, respaldada por los 32 jefes de Estado y de Gobierno en la reunión principal de la cumbre de la OTAN, no recoge ninguna excepción clara para países como España que pedían un gasto menor, y señala que los aliados se comprometen a incrementar el gasto al 5 %, debido a las “profundas amenazas y desafíos a la seguridad”.
Las inversiones serán requisitos esenciales de defensa, así como los gastos relacionados con la seguridad y defensa y, según el breve documento, esto debería “garantizar” que la OTAN cuente con las fuerzas, capacidades, recursos, infraestructura, preparación para el combate y resiliencia necesarias para disuadir y defender sus tres tareas fundamentales: disuasión y defensa, prevención y gestión de crisis, y seguridad cooperativa.
Habrá “dos categorías esenciales de inversión” en defensa, al menos un 3,5 % “según la definición acordada del gasto en defensa de la OTAN para 2035, para financiar los requisitos fundamentales de defensa y para cumplir con los objetivos de capacidades de la OTAN”, dice.
Mientras, el otro 1,5 % del PIB anual será para, entre otras cosas, “proteger infraestructuras críticas, defender redes digitales, garantizar la preparación civil y la resiliencia, impulsar la innovación y fortalecer la base industrial de defensa”.