
Juzgar una videoconsola en pleno 2025, cuando aún no ha salido al mercado, es un ejercicio arriesgado por la posibilidad de que las sensaciones iniciales no persistan en el medio y largo plazo si el dispositivo y el catálogo no cumplen con las expectativas.
Sin embargo, tras probar durante varias horas la nueva Nintendo Switch 2 en uno de los eventos organizados por Nintendo en Madrid, España, no parece erróneo afirmar que las primeras sensaciones son extremadamente positivas y que esta consola, aún sin ser revolucionaria como su predecesora y siendo mucho más cara, podría ser la mejor de la empresa de Kioto.
Los motivos para afirmar esto son obvios y se descubren rápidamente: Nintendo ha apostado por mantener lo que funcionó en la primera Nintendo Switch, una consola híbrida que puede conectarse a un televisor o llevarse de manera portátil, y por solventar los aspectos en que tenían carencias, como la potencia gráfica y el rendimiento con una pantalla más grande, imágenes de alta definición soportando hasta 1080 píxeles y 120 fps (que es la fluidez de las imágenes en pantalla) (y podrá alcanzar los 4K conectada a un televisor).