Los equipos de salvamento en Filipinas trabajan intensamente para rescatar a residentes atrapados en los tejados de pueblos sumergidos tras el paso de la tormenta tropical Trami, que ha dejado al menos 76 muertos.
Las lluvias torrenciales provocaron inundaciones que desplazaron a decenas de miles de personas, con algunas áreas recibiendo en dos días el equivalente a dos meses de precipitaciones.
El director de la policía de Bicol, Andre Dizon, informó que muchos aún piden ayuda desde los techos de sus casas. El balance de víctimas aumentó con la aparición de nuevos cuerpos en las provincias de Batangas y Quezon, así como en la región de Bicol. La provincia de Batangas registró 391,3 milímetros de lluvia en dos días, según Jofren Habaluyas de la Agencia Meteorológica Estatal.
Un informe oficial indicó que 193.000 personas fueron evacuadas debido a las inundaciones, que también causaron el colapso de varios edificios. En la región de Bicol, más de 30.000 residentes huyeron de sus hogares debido a las inesperadas crecidas.
Filipinas enfrenta anualmente unas 20 tormentas tropicales o tifones, que destruyen viviendas e infraestructura y causan numerosas muertes.