En el marco de la 37ª Reunión Nacional del Grupo Español de Fotobiología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), los expertos han mandado un mensaje de tranquilidad a la población en lo que respecta a las lámparas de manicura, que funcionan con radiación ultravioleta A, asociada a la aparición de cáncer cutáneo.
”La radiación es de seis a ocho veces menos de la obtenida bajo el sol en un día de verano que pudiese dar lugar a algún tipo de daño en la piel”.
La radiación ultravioleta A es un conocido carcinógeno asociado a la aparición de cáncer de piel, tanto desde fuentes artificiales (fundamentalmente cabinas de bronceado) como de la luz solar. Por ello, el auge de las manicuras permanentes, uñas acrílicas o de gel ha generado cierta desconfianza en torno a los dispositivos lumínicos que se utilizan para el secado de los productos que se aplican en las uñas.
Estudios de fotobiología previos a estas polémicas encuentran resultados diversos, desde aquellos que no identifican un aumento del riesgo de cáncer a los que muestran que una exposición de 20 minutos a estas lámparas dio lugar a alteraciones en el AND en células cutáneas cultivadas en laboratorio.
Por tanto, todo indica que la cantidad de radiación acumulada en ese tiempo que le llega realmente a una persona que se está realizando una de estas manicuras es de seis a ocho veces menos de la obtenida bajo el sol en un día de verano que pudiese dar lugar a algún tipo de daño en la piel.