Convirtiéndose en un verdadero fenómeno de masas en el 2007, Call of Duty es una de las sagas más exitosas de todos los tiempos, transformando la forma de entender a los shooters en primera persona. Si bien muchos han intentado adaptarse a los nuevos tiempos e imitar su estilo, es la serie de Activision que domina el segmento.

Ventas que superan las 250 millones de unidades vendidas demuestran la brutal preferencia por una saga que pone a prueba las habilidades de los jugadores, los mismos que continuamente realizan tests de cps para verificar y mejorar sus destrezas antes de comenzar a tirar del gatillo.

Reacción en cadena con títulos que superan a sus predecesores

La puesta en escena en el campo de la campaña en solitario que evoca el contenido cinematográfico, o la intensidad de los combates combinados con el dinamismo y la necesidad constante de hacerse de la recompensa, no importa el tipo de juego, Call of Duty consigue renovar la experiencia en cada entrega.

Con una fórmula continuamente revisada y refinada, la daga consigue mantener su esencia durante más de 13 años, complicando la tarea de elegir al mejor de sus títulos sin crear polémica.

Call of Duty, el inicio de la aventura

Debutando en ordenadores –como sucesor espiritual de Medal of Honor– el juego encargado de presentar la saga al segmento difiere en gran medida de lo que hoy conocemos y donde las batallas más trascendentales de la Segunda Guerra Mundial, permitieron el disfrute de una campaña desde diferentes perspectivas.

Si bien la esencia original se mantiene, la llegada de Call of Duty: Infinite Warfare da inicio a la nueva generación de la saga, aportando un concepto más futurista, múltiples misiones secundarias, batallas espaciales, varios capítulos a seguir y toda clase de herramientas más allá de los disparos.

Call of Duty – World War 2, el retorno a lo  funcional

Tras un año de exploración de nuevos elementos –con Black Ops 3 y Advanced Warfare– los desarrolladores apuestan por el retorno a los orígenes de la serie, entregando una mirada a esos aspectos claves que confirieron su identidad. Situaciones conocidas y la reutilización de mecánicas jugables iniciales sirvieron para incrementar la atención de la crítica y preferencia de los jugadores.

El punto de inflexión de la saga coincide con el arribo al segmento de Call of Duty – World at War, título que se mantuvo a medio camino entre la vieja guardia y el nuevo mundo. Rompiendo esquemas, el modo cooperativo no es el habitual de la serie, estableciendo una de las marcas que más identifican a la serie.

Call of Duty – Modern Warfare 3, la propuesta diferente

Cuatro años tuvieron que transcurrir desde Modern Warfare hasta la llegada de la entrega que definiría por completo la serie desde el punto de vista de la Guerra Moderna. Estrenado en 2007, el título introduce a la Tercera Guerra Mundial en lo concerniente a campaña, dejando sin espacio para el descanso.

El videojuego poco tiene que ver con lo ofrecido en Call of Duty 2, clásico que consolida los cimientos de la saga, siendo el último antes de la revolución. Siendo bastante similar a la primera entrada, las misiones clásicas abrazan las novedades de diseño, sacrificando el realismo, además de permitir hasta 64 jugadores en simultáneo.