La lava que fluye del volcán de la isla española de La Palma creó una nueva colada que ha alcanzado un cementerio y una planta fotovoltaica y que genera preocupación porque destruye todo lo que encuentra a su paso, en una zona de caseríos dispersos y tierras de labranza.
Esta nueva colada, constituye una mala noticia porque discurre por zonas no holladas anteriormente por la lava y está destruyendo lo que encuentra a su paso, ha superado el cementerio de Las Manchas y ha discurrido con bastante velocidad, aunque luego ha ralentizado su marcha porque se está volviendo viscosa.
Ante la preocupación que genera este nuevo río de magma, en especial porque empieza a entrar en una zona de fuerte pendiente, científicos y técnicos la están monitorizando para analizar su trayectoria.