
La Organización Mundial de la Salud (OMS) insistió en esta práctica para prevenir la transmisión de infecciones, al tiempo que lanzó una alerta sobre el uso excesivo de guantes, cuya fabricación tiene un notable impacto en el medio ambiente.
En un comunicado, el director general asistente de la OMS para cobertura sanitaria universal, Bruce Aylward, advirtió que los guantes de uso médico “pueden reducir el riesgo de infección, pero nunca son un sustituto de la higiene de manos”.
La OMS estima que más de mil 600 toneladas de desechos son generados anualmente en apenas un hospital; además, si no se cambian constantemente o se desechan de forma adecuada, pueden favorecer la propagación de infecciones. En tanto, por cada dólar invertido en la práctica del lavado de manos frecuente se pueden generar 24,6 dólares.
El primer médico que descubrió la eficacia del lavado de manos fue el húngaro Ignaz Semmelweis, quien a mediados del siglo 19 logró que el porcentaje de parturientas fallecidas bajara del 35 % a menos del 1 %, aunque sus ideas no fueron tomadas en cuenta sino hasta dos décadas después, cuando Louis Pasteur demostró la existencia de los gérmenes causantes de infecciones.