El Reino Unido y Francia han puesto en marcha un nuevo programa piloto para la repatriación mutua de migrantes irregulares. El objetivo principal es reducir el número de personas que cruzan ilegalmente el Canal de la Mancha. Se espera que las primeras repatriaciones comiencen en los próximos días.
Según el acuerdo, por cada migrante que el Reino Unido devuelva a Francia, el gobierno británico aceptará a un solicitante de asilo francés. Esta medida solo aplicará si el solicitante no ha intentado cruzar previamente y tiene vínculos familiares en el Reino Unido.
El pacto, anunciado en julio por el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, busca frenar el creciente número de cruces en pequeñas embarcaciones, que ya asciende a 25.000 personas en lo que va de año.
La ministra de interior británica, Yvette Cooper, describió el acuerdo como “innovador” y un “paso importante para socavar el modelo de negocio de las bandas del crimen organizado”. Enfatizó que la colaboración con otros países debe ser “legal, controlada y gestionada”, evitando las “rutas peligrosas, ilegales e incontroladas”.