El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aterrizó este martes en Puerto Rico para realizar una visita de apoyo a la isla, la cual fue devastada por el paso del huracán María.
El mandatario aterrizó en suelo puertorriqueño 13 días después de que tocara tierra allí el peor ciclón en casi 90 años, que costó la vida a 16 personas y sumió a la isla en una incipiente crisis humanitaria.
Esta visita, que incluye reuniones con autoridades locales, tiene lugar en medio de fuertes críticas por la lentitud de su respuesta al desastre natural
Trump declaró que el paso del huracán María no es una catástrofe real como la del ciclón Katrina, al destacar el bajo número de víctimas mortales que se han registrado en el país, pero advirtió que el presupuesto federal se verá desfasado como consecuencia de los graves daños producidos.
Durante una poco común mesa redonda con funcionarios federales y locales, destacó la respuesta federal y dio elogios para aquellos que han sido más complacientes a su administración, a pesar de que muchos residentes en la isla siguen sin acceso a servicios básicos y han criticado la respuesta federal.
Igualmente, Donald Trump elogió a altos funcionarios de su administración ante las cámaras. Asegurando que deberían estar muy orgullosos de que sólo 16 personas murieron en el huracán.
En este sentido, una gran parte de las críticas le ha venido a Trump por sus ataques a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín, después de que esta censurara el optimismo expresado por la secretaria interina de Seguridad Nacional pese a la devastación que sufre la isla.
Se desplazó a la isla caribeña acompañado por su mujer y primera dama, Melania, además de varios miembros de su Administración, entre ellos su jefe de gabinete, John Kelly, y la secretaria interina de Seguridad Nacional, Elaine Duke.